Hoy me levanté y subí a
la terraza.
Saqué yuyos de cada una
de las macetas.
Puse unos cactus que
solían ser pequeños en una maceta más grande.
También puse en una
maceta el palito de bamboo que tomaba agua en un frasco de café.
El acolchado de verano
se terminó de secar al sol. Lo doblé, lo metí en una gran bolsa y lo guardé en
el baúl recién pintado.
Hace un par de días saqué
el acolchado de invierno y lo desplegué sobre la cama, odiando el frío pero
disfrutando de dormir en la cueva. Soy de esas.
Uno de los días en los
que salí, descubrí una ferretería abierta. La de la esquina cerró –parece que
Germán prefirió quedarse en su casa. Se me ocurrió que podía arreglar una lámpara
de pie. Voy a mirar tutoriales antes de desarmarla. Mirar tutoriales y después
ir a comprar portalámparas y enchufes y cables. Lo peor que puede pasar es que
la térmica haga su trabajo. O que me queden las piezas de la lámpara tiradas
por el piso.
Pero el día estaba
demasiado lindo para mirar tutoriales, o para sentarme a escribir, así que
decidí instalarme en la terraza, cubierta con el saco de la abuela y protegida
del sol por el protector y el sombrero de paja, y leer. No más que leer.
Un día de descanso. Como
si fuese un sábado de esos en que había logrado sacarme de encima todas las
tareas amacasísticas entre el jueves a la tarde y el viernes a la tarde. Como
si hubiese sido uno de esos sábados en los que después de caminar largo rato
con Niqui me voy a yoga y al volver no queda más que leer al sol.
No caminamos con Niqui.
No fui a yoga con mi teacher que habla pausado y siempre sonríe, y que de pinta
se parece al estereotipo del fundamentalista islámico, ese que aparece en los
videos levantando un dedito –por los ojos redondos, de pestañas oscuras y
abundantes, por la barba rala pero larga y puntiaguda. Sólo por eso. Diego no
me daría miedo ni en el callejón más sórdido del mundo.
Tampoco hice compras –a
veces aprovecho, a la salida de yoga, a pasar por el supermercado, o la
verdulería.
No salí.
Pero igual fue un día
de descanso, y el sol estaba delicioso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario